martes, 20 de julio de 2010

Exvotos

La palabra exvoto proviene del latín ex voto, "por voto". Con ella se designa a una gran variedad de ofrendas materiales realizadas a una potencia en agradecimiento por los bienes o milagros concedidos. Están vinculados a menudo con lugares sagrados y centros de peregrinación, donde a menudo se exponen públicamente como testimonio del poder de la fuerza venerada, ya sea ésta un numen, una divinidad, o un santo, dado que el origen de la práctica se remonta a épocas prehistóricas, manteniéndose vigente, cuanto menos en esencia, en la actualidad.

En "El poder de las imágenes: estudios sobre la historia y la teoría de la respuesta"(1), David Freedberg señala que desde el siglo VI la práctica de los exvotos fue criticada por sus orígenes paganos o bien por ser considerada una forma de superchería.

En el año 533 el Sínodo de Orleans impuso restricciones a todas las ofrendas realizadas con la esperanza de sanar o en agradecimiento por ello. Y poco después, hacia 587, el Concilio de Auxerre dejó claro al menos uno de los orígenes de esta costumbre cuando prohibió las expresiones de agradecimiento en fuentes y árboles sagrados o consagrados, para luego pasar a proscribir la manufactura de exvotos de madera. A cambió, recomendó que se hicieran vigilias en las iglesias y se entregaran donativos a los pobres. Más tarde, se sabe que San Eligio (m.661) ordenó talar los "árboles sagrados" y quemar "dondequiera que se hallasen" las figuras de pies hechas en madera "que se colocaban en los cruces de caminos". Además prohibió enérgicamente que se realizaran tales objetos.

David Freedberg, El poder de las imágenes. Estudios sobre la historia y la teoría de la respuesta, Madrid, Cátedra, 1992. p. 170


Los exvotos, además de una valiosa fuente documental para la historia de las mentalidades, y de las clases populares, son una manifestación clara de lo que lo que las personas de todas las épocas han hecho a pesar de las directrices que desde los centros de poder se ha pretendido imponer. La práctica de las ofrendas votivas implicaría también una relación directa, sin necesidad de intermediario alguno, entre la persona que realiza la ofrenda y la potencia que la recibe.

Obviamente las prohibiciones nunca sirvieron de mucho, y aún recuerdo cuando de niña se me ocurrió asomarme a la ventanita de una capilla del s.XVII que había sobrevivido en la ciudad. La única iluminación que recibía era la proporcionada por algunos cirios que flameaban en su interior, lo cual sólo hacía más tétrica la visión de las paredes de piedra tapizadas de brazos, piernas, cabezas, torsos y otras partes del cuerpo humano realizadas en cera, madera, metal o incluso plástico.

Sin embargo, aunque las partes del cuerpo humano sean una de las formas más usuales de los exvotos, lo cierto es que pueden adoptar una cantidad casi infinita de expresiones. A las figurillas hechas en cera o metal, se añaden posteriormente pinturas, y a medida que nos aproximamos a la actualidad también fotografías, collages y objetos de toda índole, desde material ortopédico (que gracias al milagro ya no se va a necesitar) hasta vestidos de novia, pasando por bicicletas.

La tradición de los exvotos pintados está muy arraigada en México. El "retablito" es una imagen de la escena del milagro, hecha o encargada por el receptor del mismo o sus allegados, a la que se añade una explicación escrita. En muchas ocasiones las imágenes y los textos llaman la atención por su inocencia, o por lo increíble de los relatos, y los favores agradecidos van desde auténticos "milagros" (personas que salvaron la vida o su integridad física en condiciones prácticamente imposibles como enfermedades graves, agresiones o intentos de ejecución), hasta situaciones que pueden parecer prosaicas (como la obtención de un crédito), faltas de ética (como que no se descubriera una infidelidad) o realmente divertidas ( como librarse de la persecución de unos extraterrestres).

Son varias las recopilaciones que se han hecho al respecto, actualmente en el Museo de las Intervenciones se expone bajo el título de "Los relatos pintados: la otra historia, exvotos mexicanos" una pequeña colección de exvotos populares que datan desde 1651 hasta la actualidad. Pero en el blog "La gracia de dar las gracias" (del que proviene la imagen de abajo), Selma Prieto ilustra cada uno de sus posts con un retablito, dejando patente la infinita variedad de imágenes que el género engloba.





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