sábado, 13 de marzo de 2010

Hun Nal Ye, y el ciclo del Maíz

Algo parecido a lo que ocurre en Europa en referencia a las celebraciones masivas y fuera de lugar del Solsticio de Verano, ocurre en México y algunos paises de América del Sur durante el Equinoccio de Primavera, en el que se lleva a cabo una larga lista de despropósitos "rituales" que atentan contra la conservación y el conocimiento del mismo patrimonio cultural del que ya muchos se sirven de excusa para el lucro (1).

Bastante lejos del del turismo mágico, y sin querer abusar de los paralelismos a uno y otro lado del Atlántico entre el trigo y el maíz, mientras buscaba información en relación a los ciclos bajo/sobre tierra, encontré la siguiente referencia (2) al mito de Hun Nal Ye, dios creador que desciende al Inframundo emergiendo con el tesoro de las semillas:

(...) Los mitos más antiguos de Mesoamérica narran que el mundo que hoy habitamos fue creado por los dioses del maíz, quienes al mismo tiempo crearon a los seres humanos y les dieron el alimento para sustentarlos.

Un mito cosmogónico maya, inscrito en el año 690 d.C., en los templos del llamado Conjunto de la Cruz de Palenque, cuenta que el cosmos fue creado en el lejano año de 3114 a.C. En esa fecha (...), se dice que nació el Primer Padre, quien es llamado Hun Nal Ye, que quiere decir Uno Maíz. Según esta cosmogonía, Hun Nal Ye creó una casa en un lugar llamado Cielo Levantado y la dividió en ocho partes, siguiendo las cuatro direcciones cardinales y los cuatro rumbos intercardinales.

En el mismo lugar ubicó las tres piedras que señalaban el centro del cosmos y levantó el árbol cósmico llamado Wakah Chan, nombre que tiene el árbol que se ve en el centro del tablero del Templo de la Cruz en Palenque.

Luego de estos hechos prodigiosos, Hun Nal Ye protagoniza el acto central de la cosmogonía: su resurrección del inframundo en la forma de un joven de belleza extraordinaria que lleva consigo las semillas preciosas del maíz, rescatadas de Xibalbá, el nombre que los mayas le dieron al inframundo. La historia de la resurrección del dios del maíz la conocemos no por el desciframiento de los glifos mayas, sino gracias a una serie de escenas pintadas en los vasos funerarios de la época Clásica.

Aun cuando esas imágenes corren dispersas, un posible ordenamiento de ellas sería el siguiente. Las primeras describen la caída de Hun Nal Ye en el medio acuoso y oscuro de Xibalbá. Al penetrar en esta región enfrenta unos personajes que lo amenazan con hachas y otros instrumentos de decapitación. Sigue luego su encuentro, probablemente sexual, con unas mujeres jóvenes y desnudas, y un episodio donde se ve al dios del maíz viajar en canoa por las aguas frías del inframundo. Como sabemos por la lectura del Popol Vuh, el libro sagrado de los quichés de Guatemala, Hun Nal Ye baja al inframundo en busca de la montaña escondida de los mantenimientos, el lugar donde se guardaban las mazorcas amarillas y blancas del maíz.

En otro vaso se describen tres episodios del viaje de Hun Nal Ye por el inframundo. En la parte inferior el dios aparece en la posición de los recién nacidos, como si acabara de nacer de las fauces de una serpiente. En la parte superior, donde se le representa con apariencia juvenil, los dioses remeros lo conducen en la canoa y lleva abrazada sobre el pecho una bolsa con granos de maíz. Es decir, en estas imágenes Hun Nal Ye regresa del lugar donde estaban escondidos los mantenimientos, y por eso lleva las preciosas mazorcas del maíz. En la escena final de la izquierda, dos mujeres le ayudan a ponerse su vestido de cilindros y esferas de jade.

Finalmente están las escenas que describen el clímax de esa sucesión de acontecimientos dramáticos: el brote del dios del maíz de las profundidades de la tierra. Una vasija muestra a los dioses remeros acompañando a Hun Nal Ye a su renacimiento glorioso. El dios del maíz brota de un caparazón de tortuga, y lleva una bolsa que contiene en su interior las preciosas semillas del maíz. En otro plato de dibujo muy fino, Hun Nal Ye sale de una hendidura en el carapacho de una tortuga (símbolo de la tierra entre los mayas), y es recibido por Xbalanqué y Hunahpú, los famosos Gemelos Divinos del Popol Vuh. Muchos vasos y platos de la época Clásica representan la misma escena jubilosa, con los Gemelos Divinos a uno y otro lado, ayudando al Primer Padre a salir del inframundo. (...)

En el mismo artículo, del historiador Enrique Florescano, se señala el vínculo entre los cultos agrarios y la identificación de la agricultura con la civilización, señalando que este mismo mismo vínculo se puede identificar en culturas aisladas entre sí.


El ciclo agrícola del maíz

El ciclo agrícola del maíz (3) guarda relación con las mismas fechas que nos son conocidas por la tradición católica y las festividades del ciclo anual pagano europeo.

Las fiestas de la Candelaria (2 de Febrero, corresponde en el calendario neopagano a Imbolg), la Santa Cruz (3 de Mayo, Beltane), la Asunción (15 de Agosto, Lammas) y el Día de Muertos (31 de Octubre, Samhain) marcan los tiempos desde la siembra del maíz hasta que éste está listo para su recolección. Tras la cosecha del maíz se recogen los restos de la planta: Tallo, hojas y raíz.

El ciclo completo del maíz se relaciona con cuatro fechas cercanas a los equinoccios y solsticios; San José (19 de marzo, Equinoccio de Primavera), San Juan (24 de junio, Solsticio de Verano), San Mateo (21 de septiembre, Equinoccio de Otoño) y Navidad (24 de diciembre, Solsticio de Invierno). Desde la Candelaria hasta la Asunción se llevan a cabo los trabajos de cultivo y desde la Asunción a la Candelaria se goza de los frutos de este trabajo.

El 2 de febrero, fecha en la que también se realiza la primera siembra, se realiza la bendición de la semilla. Coincidiendo con el equinoccio de primavera se lleva a cabo una segunda siembra. La siembra mayoritaria, no obstante, se realiza entre la primera quincena de abril y el 15 de mayo. Los trabajos de siembra incluyen también el cuidado de las plantas, el abono de la tierra, la limpieza de las malas yerbas, etc.

La Asunción marca ritualmente el inicio de la cosecha de los frutos tiernos del maíz. En el equinoccio de otoño el maíz está en proceso de endurecimiento, mientras que en el Día de Muertos, ya se encuentra completamente maduro. A partir de este momento se realiza la cosecha de la planta y el grano seco de maíz, hasta el solsticio de invierno.


Bibliografía y Notas:

(1) "Numerosas personas arriban desde la madrugada del 21 de marzo a las zonas arqueológicas de nuestro país, con la falsa idea de que los indígenas concurrían a estos lugares para “cargarse de energía”; sin embargo, esta tendencia es de origen moderno y responde a las creencias denominadas “New Age” (...) por lo que esta tendencia nada tiene que ver con la cosmovisión e idiosincrasia de los antiguos mesoamericanos, ni con los rituales que se llevaban a cabo en los templos. Sin embargo, y a pesar de ello, las secretarías de turismo de gran parte del país, han hecho una gran publicidad para fomentar la visitas los días 20 y 21 de marzo a numerosas zonas arqueológicas, propiciando el deterioro, vandalismo y contaminación de nuestro patrimonio, desatinadamente autorizados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (...)" Extracto de : El Equinoccio de primavera: mitos y realidades, por Rosalba Delgadillo Torres.

(2) El Maíz y los Origenes de Mesoamérica, por Enrique Florescano.

(3) Las fiestas religiosas mexiquenses, por Beatriz Albores Zárate, El Colegio Mexiquense, 2004.

3 comentarios:

Karkarov Gughental dijo...

¡Un blog genial!

Abrazos.

Vaelia dijo...

Gracias Karkarov, bienvenido :)

Anónimo dijo...

Cuando el hombre abandono el nomadismo y se transformo en sedentario su medio de vida fue la agricultura (cebada, trigo, maiz, frejol, patata, etc) y es lógico que guardase respeto y veneracion a las epocas de siembra, floración y cosecha. Y en función de lo anterior creara dioses a su imagen y semejanza.