En relación con las reivindicaciones obsoletas, o no tanto, hace un tiempo encontré por casualidad esta canción de Guillermina Motta, y me pareció que tenía más sentido que mucho de lo que he leído al respecto, así que ahí va la traducción;
Por favor, sed como las plumas de ave, sed como el plumón de un edredón de cuna. Qué pesado, este gran fardo que llevo, por favor volveros ligeros. Yo, creedme, no puedo más.
Yo os he llevado de niños, ¡Dios sabe lo que pesabais! Me ha hecho falta tanto valor para cargar con vuestro peso de amor. He llevado vuestro recuerdo, cuando os ha llegado la muerte. Os he traído ramos de flores y mi corazón roto en llantos. Cuando jugabais a la guerra, yo aventaba mis fogones, y removía cielo y tierra para abrir vuestras prisiones. Si os deshacía una bomba yo os buscaba entre lamentos. Ahora soy como una tumba que recibe todos los sufrimientos.
Soy sólo yo, es ella o yo, es la que calla o la que habla, la que llora o la que ríe, Juana de Arco o Salomé, moza de convento o de calle. Y es mi corazón o bien el suyo, es la que no se ha conocido, es la que nunca ha venido, la que ha venido y ya era tarde, la de una noche, la de una mirada. Y es una madre como hay muchas. Es una bruja como somos todas.
Debéis ser como ríos, o quizá como el claro cristal de los lagos que me describe sin halagos. Por favor, observadme con rigor, soy de carne, ¿Por qué me inventáis, como habéis hecho aquí y en todas partes? Me habéis querido servicial, ignorante y conyugal. Fuerte me habéis hostilizado, débil me habéis humillado. Me amabais en los burdeles, y cubierta de joyas. Sucios los labios de carmín, convertida en maniquí. Demasiado vieja y desvalida, de mi os habéis desentendido. Me habéis negado vuestra ayuda cuando ya no os servía para nada. Cuando todavía era bella aplicabais por un baile, ahora soy una capilla sobre todo el oprobio.
Soy sólo yo, es ella o yo, es la que ama o ha amado, es la que reina o siega el trigo, la Pompadour, la Miserachs, moza de lujo o de harapos. Y es mi corazón o bien el suyo, es la que espera en todos los puertos, es la de los monumentos a los muertos, la de la danza y la del llanto, chica de asfalto y chica flor. Y es una madre como hay muchas. Es una bruja como somos todas.
Por favor, sed como un gran cielo azul, como el pensamiento os ve , fuertes y libres como el viento. Yo también soy así, miradme bien, indagad sin omitir nada, yo hace tiempo que os he aprendido. Yo me quedaba esperando, pero puedo ir delante. Era astillas y haz, y también puedo ser el fuego. La diosa más sublime era poco más que polvo, tierra bajo vuestros pies, ignorando que me pisáis. Se abrirá la tierra un día y los volcanes hasta ahora mudos, parirán la sinfonía de tesoros desconocidos. Con pujanza refrenada bate el océano, ahora soy como una ola que no os quiere ahogar.
Soy sólo yo, es ella o yo, es la que se regala o la que se vende, la que os sigue, la que se defiende, se llama Dolores o Soledad, mujer de amor o de combate. Y es mi corazón o bien el suyo, es la que vive su abril, es la que permanece en un asilo, es la de ojos color miel, hija la niebla o del cielo. Y es una madre como hay muchas. Es un bruja como somos todas. Por favor, por favor, volveos ligeros. Yo, creedme, no puedo más.
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