A veces tengo la sensación de que el karma positivo acumulado es canjeable por afortunadas coincidencias... Esta semana fui a ver la retransmisión de Nation, una adaptación del National Theatre de Londres de la obra homónima de Terry Pratchett.
Para empezar, no he leído nada de Pratchett a parte de las novelas del Mundodisco, lo que incluye también a Nation. Así que no puedo decir si se trata de una buena o mala adaptación, sobretodo teniendo en cuenta que tampoco sé nada de teatro. Pero me quedó claro que la obra lleva el sello de los planteamientos de Pratchett acerca de la vida y la condición humana, lo cual ya es decir mucho.
La obra se sitúa en el s.XIX de una realidad alternativa, y parte del encuentro , tras una catástrofe natural, entre un joven indígena a punto de concluir su rito de paso a la edad adulta y una muchacha inglesa de alta cuna, hija un científico con el que esperaba reencontrarse. Debido al citado desastre natural, cada uno de ellos es arrancado del entorno en el que ha crecido y ha sido educado, de modo que deben enfrentarse a la vida con lo que les queda de aquellos mundos perdidos, y sus propias impresiones, ideas e iniciativas. Muchas de las cosas que conocieron ya no funcionan, aquellos que respondían las preguntas han desaparecido... y sin embargo a los nuevos temores se suman los heredados.
Este inicio nos puede recordar a otras obras y, de hecho, no encontramos demasiadas sorpresas en este aspecto ni en el desarrollo ni en el desenlace. En realidad, a medida que van presentándose las situaciones, vamos entendiendo que lo importante no son tanto sus personajes, ni los mundos que dejan atrás, ni aquél que construyen juntos, sino los cuestionamientos y dilemas que se engarzan como joyas luminosas, resaltando sobre la narración que sirve de fondo.
Es en este punto en el que la originalidad y la profundidad de la mirada de Pratchett se hace patente y una vez más rompe con las manidas dicotomías de siempre, en favor de la humanidad... de la cualidad que lleva ese nombre. Proponiendo un cuestionamiento tras otro, no hay más crítica que a la estrechez de miras que encontramos siempre que sobre la escena aparecen dos bandos "contrarios".
No hay un enaltecimiento de a la ciencia por encima de la religión, y tampoco hay rastros de lo contrario; No hay más simpatía por la civilización moderna, de la que muestra hacia la civilización antigua. Ni todos los personajes "aprenden " hasta alcanzar los mismos niveles de comprensión, ni mucho menos llegan a estar de acuerdo en todo. Algunos pueden convivir, otros no. Algunas preguntas tienen respuesta, otras no... en ocasiones sólo podemos respondérnoslas nosotros mismos.
Al mismo tiempo encontramos una relativización del progreso; lo que sirvió un día puede dejar de ser funcional, o perderse para siempre, o simplemente caer en el olvido. Esto lleva implícito un cuestionamiento acerca de las formas de transmisión del conocimiento, señalando cómo en ocasiones quedan las formas y se desgastan, hasta desaparecer, los significados.
Otro aspecto interesante es la aparición de lo que podemos llamar la "magia real" en la obra, es decir la magia no como algo ligado a los prodigios de la ciencia, y tampoco relacionado con los ritos y creencias propios de la religión. Una serie de poderes y conocimientos más antiguos que ambas, considerados como mera superstición, y que se concretan en la realización del viaje extático - reminiscencia del chamanismo-. Pero no se trata sólo de la aparición de elementos y situaciones que la ciencia no podría explicar... También los dioses cercanos y familiares de la comunidad, casi domesticados por ella, se desdibujan y desvanecen ante la fuerza de una destrucción que, de todos modos, debe ser enfrentada, desde lo humano.
Para empezar, no he leído nada de Pratchett a parte de las novelas del Mundodisco, lo que incluye también a Nation. Así que no puedo decir si se trata de una buena o mala adaptación, sobretodo teniendo en cuenta que tampoco sé nada de teatro. Pero me quedó claro que la obra lleva el sello de los planteamientos de Pratchett acerca de la vida y la condición humana, lo cual ya es decir mucho.
La obra se sitúa en el s.XIX de una realidad alternativa, y parte del encuentro , tras una catástrofe natural, entre un joven indígena a punto de concluir su rito de paso a la edad adulta y una muchacha inglesa de alta cuna, hija un científico con el que esperaba reencontrarse. Debido al citado desastre natural, cada uno de ellos es arrancado del entorno en el que ha crecido y ha sido educado, de modo que deben enfrentarse a la vida con lo que les queda de aquellos mundos perdidos, y sus propias impresiones, ideas e iniciativas. Muchas de las cosas que conocieron ya no funcionan, aquellos que respondían las preguntas han desaparecido... y sin embargo a los nuevos temores se suman los heredados.
Este inicio nos puede recordar a otras obras y, de hecho, no encontramos demasiadas sorpresas en este aspecto ni en el desarrollo ni en el desenlace. En realidad, a medida que van presentándose las situaciones, vamos entendiendo que lo importante no son tanto sus personajes, ni los mundos que dejan atrás, ni aquél que construyen juntos, sino los cuestionamientos y dilemas que se engarzan como joyas luminosas, resaltando sobre la narración que sirve de fondo.
Es en este punto en el que la originalidad y la profundidad de la mirada de Pratchett se hace patente y una vez más rompe con las manidas dicotomías de siempre, en favor de la humanidad... de la cualidad que lleva ese nombre. Proponiendo un cuestionamiento tras otro, no hay más crítica que a la estrechez de miras que encontramos siempre que sobre la escena aparecen dos bandos "contrarios".
No hay un enaltecimiento de a la ciencia por encima de la religión, y tampoco hay rastros de lo contrario; No hay más simpatía por la civilización moderna, de la que muestra hacia la civilización antigua. Ni todos los personajes "aprenden " hasta alcanzar los mismos niveles de comprensión, ni mucho menos llegan a estar de acuerdo en todo. Algunos pueden convivir, otros no. Algunas preguntas tienen respuesta, otras no... en ocasiones sólo podemos respondérnoslas nosotros mismos.
Al mismo tiempo encontramos una relativización del progreso; lo que sirvió un día puede dejar de ser funcional, o perderse para siempre, o simplemente caer en el olvido. Esto lleva implícito un cuestionamiento acerca de las formas de transmisión del conocimiento, señalando cómo en ocasiones quedan las formas y se desgastan, hasta desaparecer, los significados.
Otro aspecto interesante es la aparición de lo que podemos llamar la "magia real" en la obra, es decir la magia no como algo ligado a los prodigios de la ciencia, y tampoco relacionado con los ritos y creencias propios de la religión. Una serie de poderes y conocimientos más antiguos que ambas, considerados como mera superstición, y que se concretan en la realización del viaje extático - reminiscencia del chamanismo-. Pero no se trata sólo de la aparición de elementos y situaciones que la ciencia no podría explicar... También los dioses cercanos y familiares de la comunidad, casi domesticados por ella, se desdibujan y desvanecen ante la fuerza de una destrucción que, de todos modos, debe ser enfrentada, desde lo humano.
Nota: Nation se proyecta en el Lunario (Auditorio Nacional) del DF el próximo domingo, 28 de febrero. Por lo visto estaba proyectado hacer lo mismo en algunos cines de España, pero al parecer ha habido algunos problemas de carácter técnico (?). Sin embargo, no dudo que, de una u otra manera, tarde o temprano, se podrá ver por allí también. :)
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