martes, 6 de mayo de 2008

Recuerdos de Mayo

Hay mensajes que viajan a la deriva, como una flor roja en el cauce del río. Rescatada de la corriente por mi mano, la ajusto en mi pelo, y me llega el recuerdo de otros días de sol...

Una presencia sombría, acechando en el umbral, unas palabras dejadas ir al aire, como si mi oído no estuviera allí para beberlas... Como si mi espíritu no temblara cada vez que lo sorprendían, como relámpagos en el cielo oscuro, que deslumbran un instante y para desaparecer al siguiente, como si jamás hubieran sido. Una invitación intermitente, hacia regiones lejanas...

Atreverse a creer, o no hacerlo.

Y yo era tan joven que no tenía miedo de entregarme, por entero, a un sueño. Tan dispuesta que no sentía las heridas, o más bien, soportaba el embate de tus astas furiosas, cuando temías que lo que alimentabas como ambigua fantasía pudiera hacerse una realidad.

Aún sonrío.

No siempre nos hablamos bien, pero sé que nos llevamos bien, en el fondo, allí donde se entrelazan los hilos de un destino que no escojemos por completo. Como a los otros, te deseo la mejor de las suertes. Como a los otros deseo que no se haya extinguido el brillo en los ojos, que la vida no se haya convertido en una prisión. Que aún si la ceniza os cubre por completo, sople ese viento que tan bien conocemos, despertando los rescoldos; y os levanteis y salgais al mundo como las flamígeras criaturas que sois.

No importa que hayais olvidado, yo recuerdo por vosotros. No importa que no creais, yo creo por vosotros. En todo aquello que me contabais, sin la decisión de creer, sin dar el paso necesario hacia el vacío, la larga travesía de la noche oscura, el desierto.

No me pesa.

Es ya una ramificación de mis propias raíces, que aún en dias propicios sabe traer alimento a mi existencia. En algún rincón bajo el cielo aún estais, amigos o enemigos, en todo caso hermanos; yo no os busco ya... aunque tal vez nos volvamos a encontrar. Sino, encontrareis a alguna igual a mi, como yo encontré a quienes son vuestros iguales.

Tomará vuestras manos y os dirá que aquellas palabras descreídas se convirtieron con el tiempo en una especie de oráculo, que todo era real, y aún vive bajo la piel de los que están dispuestos a cobijarlo. Podreis entonces amarla u odiarla por ello, pero conscientes de nuevo, volvereis al principio de una historia que vale la pena vivir.

2 comentarios:

Sibila dijo...

¡Buenas!

Mis recuerdos no son tan agradables como los tuyos... pero este mes he descubierto muchas cosas. Ahora, ¡a trabajar!

Anónimo dijo...

Toma post!

Me encanta, Vae, simplemente me encanta.