Aunque en gran parte se trate de un resumen del material de la página de Perro Aullador , hay algunas cosas que no apareieron antes, y es posible que publique dicho resumen en el blog, aunque hoy quiero anteponer ciertas conclusiones a las que me acabó llevando la redacción del citado texto:
(...)En otro tiempo yo creí uno por uno en los tópicos que me ha tocado señalar y tratar de desarmar. Creía en ello de veras, con entrega, y no creo que entonces fuera más tonta de lo que ahora pueda ser, conservo muy buenos recuerdos de aquella época y me alegro de que esa información, aunque errónea, llegara a mí porque fue lo que debía vivir en el momento, y un importante punto de partida hacia otras cosas. Hay una diferencia enorme entre los que están al principio del camino, viviendo lo que tienen que vivir en ese momento, y los que se han quedado a medias y por su propia incapacidad se han quedado ahí tirados, estorbando el paso, fracasados y resentidos, creyéndose mejor que los primeros y tratando de retenerlos, como si temieran las posibilidades de éstos de llegar a conseguir aquello que ha quedado fuera de su alcance.
Y creo que muchas de las críticas dañinas que se dirigen a personajes como la Dra. Murray o Gérald Gardner, o a los que están empezando a estudiar y practicar son una muestra de ello; lo segundo es tan cruel como decir antes de tiempo a un niño que los "Reyes Magos son los padres", robándole la experiencia que por su edad le corresponde disfrutar plenamente; y lo segundo tan estúpido como afirmar que los filósofos griegos eran atrasados ignorantes porque no conocían los usos de la electricidad, cuando la idea es que incluso con esa carencia aportaron mucho más a su tiempo que aquellos que los critican.
En la mayoría de ocasiones lo cierto es que nadie va a exigirnos que corrijamos nuestros propios errores; esa debe ser tanto una necesidad como una exigencia personal, intrínseca a la búsqueda del conocimiento. Cuando nuestro propósito es honesto, se van abriendo puertas, nos llevamos grandes sorpresas, y también pagamos por cruzar cada una de ellas un precio - no económico- proporcional a las oportunidades que nos brindan. Eso significa que en muchas ocasiones nos sentimos solos, que muchas cosas que otrora creíamos que no llegaríamos a alcanzar ya forman parte de nuestra vida o han quedado atrás, al igual que ciertas personas que aún respetamos por agradecimiento, pero cuyas aportaciones, en el momento en el que estamos, no nos sirven; y que aún dándonos cuenta de lo poco que sabemos, ya sabemos mucho más que otros... En esos momentos el mundo entero puede estar aplaudiéndonos, pero en lugar de sentir orgullo, o autocomplacencia, lo cierto es que nos sentimos tristes porque nuestro crecimiento nos ha llevado a abandonar un mundo de cómodas cetezas y nos adentra en un terreno desconocido, sin saber cuándo ni cómo, ni si existe la posibilidad de que alguien que lo conozca nos tienda la mano en ese tramo del sendero. Pero lo que no es posible volver atrás, "volver a creer en los Reyes Magos" cuando ya sabemos lo que son; no hay posiblidad de regresión, incluso si nos damos por vencidos y abandonamos la búsqueda, las cosas no volverán a ser lo que fueron. Así que lo único sensato es seguir adelante, en lugar de estancarnos y podrirnos en la amargura y el resentimiento por el "paraíso perdido".
A veces duele darse cuenta de que algo en lo que creíamos es una mentira... Pero es el dolor de romperse para poder abarcar algo mayor, es el dolor del crecimiento, del aprendizaje. y constituye una bendición porque nos indica que aún estamos vivos y que queda mucho camino por recorrer, tanto, que hasta el último aliento estaremos viendo un horizonte que se nos ofrece generosamente para ser cruzado. Realmente hay momentos en los que cosas mucho más importantes que estos tópicos se derrumban, en los que tiemblan los cimientos de nuestras creencias y de nuestra propia identidad , en los que llegamos a extraviar por una temporada el sentido de nuestras vidas , el suelo desaparece bajo nuestros pies y miramos al abismo... eso también es parte de la búsqueda, y sobrevivimos a ello, fortalecidos, confirmando la potencia de nuestra existencia. Seria demasiado largo explicar de las cosas que uno deja en el camino, pero como consuelo debo decir que nada es en vano, que tarde o temprano aquello realmente importante de lo que debimos despedirnos o desprendernos se recupera o reaparece bajo una forma aún más valiosa.
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