lunes, 28 de abril de 2008

Tarde de lluvia con niña

Despierto de un modo automático, he dormido poco, abro los ojos y deduzco que el cielo está completamente nublado; empiezo mal el día.

Voy con prisa y, para no variar, las personas con las que me cruzo en el metro parecen ser precisamente aquellas que tienen la tendencia de ponerse delante de una andando despacito, o cortarle el paso... y si ya me ponen histérica los semáforos que tardan demasiado en ponerse verdes, esto... Grrr!
Y claro, el día que menos te apetece hablar, tienes a la jefa tras de tí tratando de iniciar una conversación tras otra, con el consecuente apuro de ver cómo estas mueren en el silencio, como volutas de humo que se deshacen en el aire...

Hasta que a media mañana decido regresar a casa, que es donde una debe estar en días así - en su defecto cualquier lugar donde estar calentito y solo para no ser molestados y no molestar a nadie-. Esperar a que llueva de una vez, respirar un poco, y tener una conversación conmigo misma acerca de lo que nos está pasando.

***

Una de las cosas más difíciles, al menos para mí, es el trato con el niño interior ... no dejar que se salga con la suya a base de berrinches y pataletas cuando se pone cabrito. Como sucede con los niños de verdad, no se le puede dar una paliza - aunque sintamos el impulso -, pero tampoco se le puede dar lo primero que nos pida, sólo para tenerlo callado.

Me doy cuenta de que hoy tengo la niña con una tremenda indigestión por haber engullido [el equivalente psicológico de] caramelos y dulces a dosis industriales, en parte proporcionados por mí como solución temporal, y en parte sustraidos por su propia mano aprovechando que estaba yo entretenida con otras cosas -tonta no es-.

Los niños son así... Y otro inconveniente que tienen es que cuanto más meten la pata, más difícil resulta ser firmes con ellos. No nos podemos aguantar la risa cuando con una genial ocurrencia y una práctica desinhibida decoran la pared del salon con ceras de colores, por más que la pintura para solucionar el desastre vaya a costar un dineral.
De hecho, ya que de todos modos lo tenemos que pintar de nuevo... nos apuntamos a la fiesta con unos garabatos propios y les damos las gracias y todo por darnos la oportunidad de jugar un rato.

Y a ver con qué ánimo les reñimos cuando los recogemos del suelo, ahogándose en llanto porque se han abierto esa dura cabecita... por hacer lo que les hemos advertido 1100 veces que NO hicieran. Pero en ese momento sólo piensas en asegurate de que la criatura esté bien, y lo que te preguntas es dónde estabas tú, no ella.

Pues con la niña interior es el mismo asunto. Aquí al lado la tengo, hecha un asquito, que después del último berrinche se ha quedado exhausta y no quiere más que cama "¡Estoy malita! Hazme caso, hazme caso, hazme caso, hazme caso...". No está enferma, está empachada, y yo le tengo dicho que no haga esas cosas, pero qué se le va a hacer.

No es tan difícil entender que a veces se desespera, cuando yo la llevo de un lado a otro, corriendo, elaborando listas de tareas y tachando pendientes por solucionar. Sé que hay cosas que echa de menos, que no pueden cambiarse por sucedáneos al alcance, porque le sientan terriblemente mal a ella, y me toca cargar las consecuencias a mí. Pero como ella no puede entenderlo en esos términos, repetirá el intento una y otra vez, hasta que lleguemos a un acuerdo.

La responsabilidad es, en todo caso, mía. Veré que tanto de trabajo puedo adelantar mientras duerme, y esperaré que mañana tenga mejor día. Por no estar atenta cuando correspondía, toca tarde de lluvia en casa... bueno, tampoco está tan mal.

viernes, 25 de abril de 2008

De libros, manuales, literatura y experiencia

Aquellos que hn leído los artículos de Perro Aullador (la web), o han estado en alguno de mis grupos, saben de mis exigencias acerca de las bibliográficas y las normas de transmisión de la información según cierto estándard académico, toda ellas adquirido en el tiempo que pasé en la universidad.
Y creo que es necesario conocerlas y darlas a conocer, puesto que queda mucho trabajo por realizar en ese aspecto, incluso dentro de las mismas instituciones que, se supone, deberían respetarlo.

Ahora bien, ese es sólo un aspecto de mi trato con los libros, la relación correcta a establecer con publicaciones tales como revistas especializadas, manuales académicos y obras de historia, antropología, y temas derivados.

En el caso del paganismo, lamentablemente, me da la sensación que la palabra "libros" equivale a los manuales o publicaciones de Buckland, McCoy, Cunningham y otros autores del sector... Digo, lamentablemente, no porque crea que esos libros estén mal en sí, sino porque al ser meras guías introductorias de las que no se puede sacar más que algunas directrices básicas. Desde luego, no se puede sostener una discusión académica basándose en ellos -para ser historiadora, por ejemplo, McCoy deja mucho que desear-.

Pero, más allá de eso, con ellos se no puede obtener una "experiencia lectora" de mayor nivel del que nos aportaría una "introducción al cultivo del huerto casero". Y ciertamente, aún hay paganos que creen que toda la formación requerida se puede alcanzar a través de esas obras, o de la misma red, sin que tengan que salir de sus casas (o, incluso, despegar el culo de la silla); pero es que la lectura de ese tipo de manuales, tampoco es lo que yo considero precisamente una experiencia literaria.

Hay otro tipo de publicaciones, otro tipo de lecturas, y un buen surtido de experiencias vinculadas a ellas. Hay libros, como los manuales, que son herramientas, que son técnicas; pero hay otro tipo de escritos que habla directamente a lo más profundo de nuestro ser, que llega al alma y la sacude, alterando nuestra percepción sobre la realidad circundante, que abre una grita en nuestras vidas, trazando con ella una línea entre lo que éramos y lo que somos... después de darnos cuenta de cómo algo que dormía agazapado en nuestro interior, se ha levantado, respondiendo al llamado de esas palabras que nos llegan como un hechizo de resurrección.

Hay libros que nos acompañan, cuando estamos aislados y todo en nuestro entorno nos hacen sentir como raros por aquello en lo que creemos o por la elección que tomamos; entonces la obra es un punto de encuentro con la voz del que escribe, y cada línea parece darnos aliento, animándonos a seguir. Aún separados por la distancia y el tiempo, no estamos completamente solos, alguien pensó eso que pensamos, alguien sintió algo parecido a lo que sentimos.

Hay libros que marcan una época muy concreta de nuestras vidas y luego dejamos atrás; y otros, inagotables, que releemos cada cierto tiempo, viendo en ellos algo nuevo acerca de la vida, y acerca de nosotros mismos; tomando conciencia de cómo han cambiado nuestras prioridades, nuestros deseos, metas o preocupaciones, nuestro modo de sentir.

Hay libros con los que dialogamos; leemos unas líneas, pensamos, respondemos, seguimos leyendo. Textos que nos enfrentan a lo que somos, como un espejo, nos guste... o no. Obras que vienen a apoyar nuestras teorías existenciales, otras que recuerdan aquello que ya sabemos pero nos cuesta aceptar, y que nos ayudan a aceptarlo. Porque un libro es paciente, un libro se muestra, puedes abandonarlo y volver a él, y allí estará esperando a que lo vuelvas a abrir, para hablarte en el silencio, en la intimidad que se crea cuando estás a solas y estás atento.

Hay libros sensuales, que nos hacen comprender o incluso adquirir maneras de percibir el mundo que ignorábamos antes de encontrarlos. Hay libros evocadores, que despiertan nuestros sentidos, que nos hablan acerca de la existencia de olores, matices de luz, tactos y sabores en los que hasta el momento no habíamos reparado, llamando la atención sobre ellos. Libros que nutren nuestra experiencia, tornándola madura como el sol a la fruta. Y aún nos enseñan el camino de interiorizarla, de llevarla bajo la piel, de hacerla tangible en nuestros pensamientos.

Es difícil, para el que no haya cazado libros, entender la alegría de un descubrimiento fortuito, o la responsabilidad que recae sobre ti cuando sostienes una excelente obra de la que sólo quedan circulando dos o tres ejemplares, o ya ninguno. O el placer de hacer llegar libros de una ciudad a otra, de un continente a otro; los libros adecuados a las personas adecuadas, como un insecto arrastra el polen o un ave las semillas.

Los buenos libros son un objeto de lujo, y aún en el plano más material es difícil describir lo que se siente cuando llega un libro muy esperado a nuestras manos, ese al que hemos seguido el ratro, ese que hemos esperado con la paciencia de un devoto. Ese libro cuya cubierta suave o ajada acariciamos con ternura; que abrimos ceremoniosamente sintiendo el olor de la tinta reciente, o de los años de encierro en los estantes de una vitrina o la humedad de una vieja caja abandonada.

Hay libros que nos lee nuestra voz interior como si alguien contara una vieja historia entorno a una hoguera, o como si una madre o una abuela nos susurrara un cuento antes de dormir.

Hay libros mágicos, porque en ellos se encierra la magia de las palabras, poderosa hoy día como lo fuera hace miles de años, capaces de abrir las puertas a esos otros mundos que están en este, pero no son manuales, ni académicos.

Son libros escritos por personas que vivieron y como naufragos de un tiempo y un espacio que lanzaran un mensaje al mar de las distancias, nos legaron esa experiencia, esa propia manera de percibir la realidad,exterior e interior. Es su voz interna la que nos llega, codificada en grafía, pero voz al fin, que revive al entrar en contacto, si sabemos ser buenos receptores.

miércoles, 23 de abril de 2008

Caminos cerrados

A veces tengo tantos borradores mentales, que es difícil centrarse en un artículo. Es el lamento del caracol como puedo tardar horas en escribir la respuesta a un correo electrónico, o a unos foros de discusión, o un post en el blog; todo a la vez no puede ser... Por el momento, mientras ordeno me aplico a la tarea, encontré por casualidad unos versos de Kipling, acerca de un camino cerrado.

El camino a través de los bosques

Cerraron el camino que cruzaba los bosques
hace setenta años.
El tiempo y la lluvia lo han deshecho otra vez
,ahora ya no podrías saber
que una vez hubo un camino a través de los bosques
antes de ser los árboles plantados.
Está debajo de los sotos y de los brezos
y de las anémonas delgadas.
Sólo el guarda ve
allí, donde los pichones aprenden a volar,
y los tejones escarban con más facilidad,
una vez hubo un camino a través de los bosques.

Sí, si entras en los bosques
del verano, al anochecer,
cuando el aire de la noche se enfría en los estanques de truchas
donde la nutria silba a su pareja,
(no temen al hombre en los bosques
porque se ven tan pocos).
Oirás los golpes de las uñas de un caballo,
y el chasquido de unas faldas en el rocío,
firmemente a medio galope a través
de la soledad, de la bruma,
como si perfectamente conocieran
el viejo camino a través de los bosques...
Pero no hay camino que cruce los bosques.

The way through the woods.
Rudyard Kipling (1865-1936)



Vinieron de inmediato a mi cabeza los recuerdos de un lugar que me acogió como un segundo hogar, un lugar de encuentros, magia y festejos. Más adelante, en el momento más necesario, también un lugar donde encontrar refugio y tomar decisiones cruciales... Días cálidos bajo el sol de agosto, noches heladas, sembradas de estrellas. En aquellas épocas podías ir de un pueblo a otro, a través de campos dorados y bosques sombríos, siguiendo el río.
Aún cuando andaras solo, te sentias gentilmente acompañado, aún sumido en tribulaciones, ciertos espíritus alegres trotaban a tu lado, como un cachorro, robando tu atención, haciéndote sonreír. Y debías, sobretodo, ser cuidadoso con lo que deseabas entonces, por si corrían a traer el fruto de tus deseos como una presa que ofrecerte moviendo amistosamente la cola.

Durante cuatro o cinco años fue así, y parecía que así sería por siempre... Pero, años más tarde, al regresar descubrí que el camino tantas veces recorrido había desaparecido. No lo había cerrado el hombre. Simplemente no podías avanzar; allí dónde una vez cruzamos habían crecido hierbas salvajes, arbustos desafiantes, abundantes zarzas. El río tenía nuevos remolinos, violentos, las rocas cerraban el paso allí donde otrora lo habian facilitado. Y aquel ambiente amablemente mágico, era sustituido por una advertencia hostil, unas puertas cerradas que contemplé como una Eva contemplaría las del paraíso del que fuera expulsada.

No quiero saber qué pasó para que el camino se cerrara, para que lo que allí vivió abandonara aquel hogar dejando la huella de su tristeza y su enojo. Pero así sucede;
a veces las cosas mueren, a veces las cosas se van, a veces ya sólo quieren que se las deje en paz. Y cuando desde la distancia se saluda, por los "buenos viejos tiempos", responden al saludo. Pero es necesario guardar respeto a la distancia marcada, de otro modo se desata una hostilidad no personal, una defensa que salta como un resorte.

Hay caminos que se cierran, y es mejor dejarlo así.

martes, 15 de abril de 2008

El Rey de los Elfos

Siempre que leo acerca de la fascinación que sobre algunas personas ejercen hadas,duendes, elfos y demás feéricos me vienen a la mente, junto con el genial Lores y Damas de Pratchett, estos versos de Goethe, descubiertos algo más tarde...


EL REY DE LOS ELFOS

Van cabalgando en altas horas
entre la lluvia y el misterio,
y como el niño está miedoso
lo arrima el padre contra el pecho.

-¿Qué tienes, hijo, que así tiemblas?
-Al rey de los silfos contemplo
con cetro real y manto undívago.
-Solo son nieblas por el cielo.

-Vente conmigo, niño hermoso,
a mi palacio azul de ensueño;
Con trajes de oro y pedrería
en los pensiles jugaremos.

¿No sientes, padre, cuál me llama
con dulces voces en secreto?
Deja el temor. Lo que tú escuchas
son hojas secas en el suelo.

¿Por qué demoras? De mis hijas
tendrás los mimos y los besos,
y con sus cantos y sus danzas
te arrullarán entre tu lecho.

Del rey las hijas no contemplas
en la penumbra, a lo lejos?
-No llores más... Son lentos sauces
que se columpian en el viento.

-Si tú no vienes, a la fuerza
te tomaré porque te quiero.
-Me ahoga, padre, entre sus brazos
el rey de los silfos, violento...

Aguija entonces el caballo
y asiendo aún más al pequeñuelo
llega a su hogar... Cuando se apea
halla, oh dolor, que el niño ha muerto...


Versión de Nicolás Bayona Posada
Fuente: http://amediavoz.com/goethe.htm

martes, 8 de abril de 2008

Nuestro lado suicida

A veces no podemos permitirnos el aburrimiento, porque la mente se extravía por senderos en los que nos sorprende, perdidos, el anochecer. Vagando como almas en pena, siguiendo un llamado susurrante, quedamos fascinados ante la imagen que nos devuelven las oscuras aguas del estanque... sólo falta que unas manos pútridas salgan violentamente de las mismas para arrastrarnos consigo al fondo.

Era muy pequeña la tarde de verano que caí al estanque... habíamos ido con mis tíos, por entonces adolescentes, a ver ranas y renacuajos. Resbalé y caí; todo lo que queda en mi memoria de lo que ocurrió después es agua turbia, oscuridad y miedo de que aquello fuera el fin, de quedar atrapada allí con el cuerpo cubierto de limo y el pelo enredado en las algas verdes y viscosas, y no volver a respirar. Pero me sacaron, supongo que bastante rápido a pesar de la sensación de "eternidad", y todo quedó en el susto.

Deberíamos aprender de los sustos, pero no siempre es así. A veces insistimos en volver a la resbaladiza orilla, en las horas bajas, a tentar a la suerte. Siguiendo un llamado en susurros por que una parte traicionera de nuestra mente siente predilección. A veces no hace falta beber para embriagarse, a veces basta con retomar y amplificar ciertas ideas, evocar ciertas sensaciones e imágenes, permitir que marquen su cadencia una y otra vez, dejándonos hipnotizar, sintiendo cierto ficticio alivio, cediendo a la necesidad de entrega. Y sentados en el borde, no hacen falta hojas afiladas para abrir las muñecas, ni es necesaria la sangre para dejar el rastro que guíe a los depredadores.

A veces, en realidad, todo lo que deseamos es darles una patada en el hocico, y por ello emprendemos esta maniobra absurda y desacertada, confiando en demasía en que en el último momento reaccione esa parte de nosotros capaz de reaccionar, y actúe en lugar de nuestra conciencia, haciendo lo que mejor sabe hacer... brillar con una luz tan intensa que hace palidecer todo cuanto se reúna a su entorno, y extender un silencio denso y terrible que hace enmudecer cualquier posible distracción, y mantenernos aferrados a la vida.

Uno piensa, porqué esa situación sólo se da en el último momento, porqué no puede ser siempre así, sin dudas, sin miedos ni deseos, sin remordimiento. Uno piensa, cuando todo se ha acabado, cuando se encuentra de nuevo en la orilla y respira, de qué sirve ese afán por vivir, si luego aquello que todo lo sabe - todo cuanto es necesario - , aquello que nos ha hecho gigantes por un momento, nos deja allí abandonados con el encargo de apañarnos para seguir en nuestra menudez e ignorancia de siempre.

Posiblemente sea porque estamos haciendo el vago, desperdiciando recursos, construyendo castillos en el aire soñando en perpetua letargia, viviendo una vida que no queremos, dando la espalda a lo que en relidad somos mientras nos lamentamos de lo mucho que lo añoramos.
Porque el dolor que nos acompaña es algo relativamente manejable, algo conocido, con lo que jugar, ahora permitimos más intensidad, luego reducimos, luego volvemos a aumentar... entreteniéndonos dando vueltas siguiendo una y otra vez el margen del mismo cercado que hemos construido para aprisionarnos, por miedo a lo desconocido, a lo extraño, al poder dar una dirección y un sentido a nuestra vida, que está en nuestras manos.

Todo lo que se puede hacer por no ser abandonados por ese impulso álgido, es, posible y simplemente, serle fiel, no dejarlo ir, crecer a su altura, no desperdiciarlo... nunca sabremos si habrá otra oportunidad.

domingo, 6 de abril de 2008

Cuándo usar la Magia

Hace unas semanas volvió a salir el tema recurrente; ¿Cuándo usar la Magia?

La respuesta rápida es: analiza lo que pretendes alcanzar con ella.

De esto se pueden deducir tres opciones posibles:

a) Es un capricho. Mal vamos. El coste por el uso de la Magia es demasiado elevado para gastar nuestros recursos en cosas así.

b) Es algo que queremos.

b.1 - ¿Lo seguiremos queriendo dentro de un tiempo? Si no es así, pertenece a la categoría de "capricho".

b.2- ¿Nos conviene?, ¿Aportará algo de valor a nuestra vida? Porque es posible que la consecución del objetivo no haga más que atraer nuevos problemas, carencias y otros "daños colaterales" a nuestras existencias.

b.3- ¿Es realmente lo que queremos? Porque, en no pocas ocasiones, estamos dispersos y confundimos la forma con el contenido. Si el problema es inseguridad, podemos ponernos como objetivo algo que creemos que nos la aportará, por ejemplo, un aumento de ingresos o una casa... pero el objetivo último es la seguridad, la forma en la que llegue a nuestra vida es secundaria. Por esto es importante definir bien los objetivos - dentro y fuera de la magia - ; nos ahorra muchos rodeos y unos cuantos disgustos. Y si no tenemos claro este punto... vale la pena pararse a reflexionar un rato sobre ello.

c) Es una necesidad. Esto es, es realmente importante para nosotros, nos aporta algo de valor, es coherente con nuestro propósito de vida, es algo que nos ayuda a crecer, avanzar, o nos servirá para construir. Estamos dispuestos a luchar honradamente por ello, con magia o sin ella, y a ser consecuentes con la eleccion que tomamos al atraerlo a nuestra vida.

Todo tiene un precio, cada elección a lo largo de nuestra existencia; pero este coste no es económico. Es un coste en consecuencias, en esfuerzo, en tiempo, en recursos personales; en las puertas que se cierran para que otras puedan ser abiertas. Nuestros recursos para éste pago son limitados; por eso es necesario invertirlos de un modo consciente, buscando el camino más directo y despejado, la acción más eficiente.

Son muchos, muchísimos los deseos que pueden acudir a nuestra mente, en uno u otro momento, no podemos seguirlos todos, porque no lograremos con ello otra cosa que consumirnos en una perpetua insatisfacción, acumulando - tal vez - cosas que no sirven para nada, a cambio de perder la oportunidad de seguir aquellas que sí nos hubieran servido.

Son muchas las circunstancias que enturbian en un momento u otro nuestro pensamiento, haciéndonos confundir la forma con el fondo, la apriencia con la necesidad, lo que creemos que queremos y lo que en realidad necesitamos, la "sensación de urgencia" con la importancia.

La desesperación no es buena consejera; lo primero que pasa no es siempre la mejor opción, ni la más rápida, ni la más eficiente. Cuando estamos desesperados es más fácil ser engañados, ¡incluso - sobretodo- por nosotros mismos!.

Es mejor conservar la calma, poner distancia entre nosotros y aquello que deseamos o nos aqueja, discernir sobre su verdadera naturaleza y las acciones que podemos tomar al respecto. No suelen ser situaciones de vida o muerte y, por lo tanto, no pasa nada si nos tomamos ese tiempo.

Así las cosas, pocos de nuestros deseos llegarán al punto en el que valga la pena emplear la Magia por ellos. Bien porque no son suficientemente importantes ( y, en realidad, no vale la pena ni la Magia, ni muchos otros de nuestros recursos), bien porque hay otras vías más rápidas de alcanzarlos prescindiendo de ésta.

Y, sin embargo, cuanto más definido esté el objetivo, más claro tengamos su naturaleza, más importante sea en nuestras vidas, y más convencidos estemos de la necesidad de él... más improbable será que acabemos realizando algun trabajo mágico para su consecución. De repente, toca a nuestra puerta y entra gentilmente, nos sorprendemos... "yo no he hecho nada! Esto es suerte!"

De eso nada; lo que pasa es que el "trabajo mágico" ya está hecho, y ni nos hemos enterado de que lo estábamos haciendo.

...

Tal vez sería necesario redefinir, como postdata, la idea que se tiene de lo que la Magia es.

Para algunas personas, todo es Magia, porque asocian la idea a cierta dimensión que perciben y por la que se mueven de la Vida, incluso de un modo no completamente consciente; mientras que otras personas no lo hacen. Entonces sí, todo lo que hagan con sus vidas podrá llamarse "Magia" en ese sentido.

Pero desgraciadamente para la mayoría de personas que emplean el término "magia", éste significa poco más que una manera fácil de conseguir las cosas a cambio de nada (o a cambio de un precio económico). La Magia no es esto, y aquellos que emplean fórmulas, rituales, amuletos, etc. para solucionar cosas de la vida ordinaria - como conseguir un trabajo o encontrar una casa - , sólo están haciendo dos cosas;

1- pierden el tiempo y no obtienen resultados,
2- obtienen resultados porque esos materiales y procedimientos les dan la confianza necesaria para que su cabeza haga un trabajo que podría hacer perfectamente prescindiendo de ellos, sólo que no se atreve.

No es que la Magia a nivel ritual-amuleto-fórmula no sirva, es que usarla para solventar ciertas cosas es poco práctico... esta Magia sirve a otro niveles, en situaciones en las que tiene sentido el precio que pagamos por usarla.
Mientras llega el momento, lo sí que hacemos es conocer cómo funciona, cuales son sus mecanismos, que margen de acción nos permite, cuál es su alcance... y porqué es absurdo y contraproducente empeñarse en aplicarla cuando hay otras opciones mejores.

viernes, 4 de abril de 2008

De herederos y huérfanos

Hay tardes tranquilas, en las que la luz del sol se vuelve menos intensa y sopla un viento suave, y una se sienta delante del PC a escribir - después de haber pasado un rato buscando datos de cosas que no puede acabar de atar - , y no sabe exactamente qué es lo que debería decirse.

Ojalá sí tuviera más respuestas, creo eso serviria para dar esperanza, más importante que las justificaciones.

A veces una se siente como el día que rescató un pajarillo tirado del nido por el viento, como la noche que pasó velándolo de modo inexperto, como la mañana en que antes de encontrar la ayuda necesaria, el pajarillo murió.

Otras veces, sin embargo, estamos sentados en una cafetería, charlando con uno de los nuestros, y ordenamos el mundo a nuestra manera, iniciamos proyectos, trabajamos juntos, tenemos la respuesta a nuestro llamado y todo parece perfecto...

Como las dos caras de una misma moneda, buscamos esa mínima expresión de fuego, luz y calor capaz de enfrentarse a la fría oscuridad de la inabarcable extensión nocturna. Más huérfanos que herederos, con nuestras ropas rasgadas nos acurrucamos al fondo de algún refugio improvisado; pensando si deberíamos odiar a unos padres que nos abandonaron, o si deberíamos obedecer aquello que nos impulsa a imaginar que fuimos arrebatados los unos de los otros por mano criminal.

Pero la única realidad plausible es que ellos no están, o aún, que hay que espavilarse y buscar algo con lo que alimentar a aquellos que son aún más pequeños; que hay que crecerse para defender aquellos que están aún más indefensos que nosotros. ¿A quien pedirle fuerzas?

Dibujamos nuestro ideal en las paredes de la cueva, lo observamos largo rato, peleamos con él, lloramos recriminándole lo mucho que nos hace falta su presencia, o adoramos su belleza y aprendemos las lecciones que de sus labios cerrados deducimos... y aunque no sabremos nunca si una vez existió, sí sabemos que queremos llegar a encarnarlo, conseguir que se realice a través de nuestra existencia.

Todo son espejos, las hojas en las ramas, y las ondas en las aguas, la quietud del gato que acecha a su presa... despojados de lo que un día pudimos ser, aún queda un mundo y una humanidad por las que se vierte, como de una fuente primigenia, una infinidad de rios, con una infinidad de afluentes, que abren sus caminos en la tierra y van a desembocar en el mismo mar.

Y una se pregunta por qué el amor es una herida abierta en nuestro centro, como un umbral, que al cruzar nos lleva más allá de la alegría y la tristeza, buscando... buscando por esos caminos de piedras afiladas y pétalos suaves, imbuidos por algo mayor que nosotros mismos, hacía algo que sólo él sabe.

jueves, 3 de abril de 2008

Grandes cuestiones a tener en cuenta

Vale más tener una pregunta interesante y guardársela hasta dar con una contestación decente, que almacenar unas cuantas respuestas mediocres que nos permitan quedar bien y "salir del paso".

Aquí unas cuestiones elementales planteadas por Crow en un foro de paganismo, que cada cuál elabore las respuestas como mejor crea... a ver si le convencen o toca seguir investigando un buen rato en ellas.

Por mi parte, ya elegí la segunda opción.


31/03/2008

No, no son preguntas tontas.

Son las mas logicas.

Que tan valido es hacerle al autodidacta cuando al mismo tiempo sabes que las tradiciones por lo general son orales y por via tipo linaje. O en algunos casos al estilo "este fue el menos peor que conseguimos para el trabajo". Hay cierta necesidad de continuidad, hay cosas que para sobrevivir necesitan de otros pero al mismo tiempo sabes que no puedes como tradicion hablar en publico.
Tienes casos de pueblos indigenas en donde los wannabes se apropian de tradiciones que no entienden tomando de forma parcializada lo que les interesa rompiendo reglas y tabues. Rompiendo las formas.

Es posible crear tu propio camino?. Sip. Cuando enfrentas al adversario interno y ves cual es el unico modo de vencerlo te muestra la puerta. El. El enfrentamiento con la sombra. Se repite en varias tradiciones y cuando lo haces ya andas a medio camino y espero que si a alguna parte.
Como enfrenta al guardian del umbral el paganismo o la muerte del ego?.
Como enfrenta al adversario o hace el manejo de sombras internas para ver que las distintas almas que te conforman (las partes fragmentadas de ti mismo) pueden y deben ser unidas?.

Toda tradicion tiene una razon de ser, algunos hacen el trabajo sucio, otros sirven como sistemas de defensa, en otros casos son vigias u hombres de accion?. Para que sirve entonces el paganismo? Que funcion tradicional cumplia?
Las formas de epsiritualidad relacionadas con la naturaleza hasta donde creo ver estan relacionadas con los ciclos de la vida, la agricultura pero tambien la caceria. Que elementos tiene el paganismo de ello?.
Como enfrenta a los depredadores sean humanos o no?
Como sana o cuales son sus sistemas para recibir informacion o preveer cosas que puedan ocurrir?.
Hay un momento que puedes actuar y aprender en base a informacion de libros. pero hay momentos en que necesitas pasar a otro nivel y que es el de la palabra viva (nop, no me estoy poniendo biblico). Como realizan ese salto?.
Como hacerlo si los maestros o los posibles linajes brillan por su ausencia?.

Hay personas que toman un camino para sentirse bien. Otros lo toman cuando no tienen otra opcion. Que hace un pagano para ser el que hace la diferencia?.


03/04/2008

El sexo y la sexualidad humana (ojo que ambas cosas son distintas) son parte de la vida cotidiana del ser humano y en varios sistemas de espiritualidad estos tambien forman parte de una u otra forma. la pregunta que relacin tiene el paganismo con ello.

Varias formas de espiritualidad buscan no controlar la sexualidad de sus practicantes pero si mejorar su calidad de vida y evitar abusos, en otros casos hay elementos que parecieran sexuales pero que no lo son y que tienen un significado definido (...).

En ese sentido en que lugar queda la sexualidad en el paganismo no solo hablando de fertilidad.
Pareciera pregunta que ni al caso pero no lo es.


Ahora otra situacion.

Que puede hacer cada nivel de "paganismo" ante las cosas que provocan un desequilibrio. Asi como no todo catolico termina siendo sacerdote o no todo indigena termina siendo chaman cada forma de espiritualidad tiene ciertos elementos que sirven de sistemas de defensa ante cosas que estan mal, ya sea cosa espirituales, morales o humanas.

Esto es: cual es el conocimiento basico que tiene el pagano para resolver cosas que necesitan defensa psiquica, espiritual o fisica. y como lo resuelve?.
Hay un sistema de sanacion y cual es sus limites asi como sus ventajas?
hay un medio para conocer o tener informacion sobre las cosas?
Como se defienden ante aquellos que dañan a otros?
Y que es lo que pueden y no pueden hacer?.


En los foros de mexicanidad el asunto se limita a cruzar los brazos cuando hay problemas o de plano casi dar las nalgas al agresor con un exceso de cortesia o en el peor de los casos invitan al que tergiversa sus tradiciones a trabajar con ellos para conocerlo mejor y saber como actuar. En un foro wicca no eran capaces 600 miembros de callarle la boca a un tarado. Y en otro solo 6 de casi mil les respondieron a los wiccamex pero pocos hicieron algo?. Esos son problemas simples que se ven no solo en foros de mexicanidad o wicca sino en general.

Que hace un pagano cuando alguien muere y necesita que su alma descanse? o ante un espiritu maligno?, en situaciones humanas cuando alguien hace daño y solo esta un pagano enmedio que puede evitar que ese sujeto continue dañando?.

En resumen: cual es el sentido practico de el paganismo en lo que puede y no puede hacer en sus distintos niveles. desde un simple principiante a alguien ya avanzado?
Que sistemas de defensa tiene, cuales para bloquear, cuales para sanar y cuales para recibir informacion?.


http://groups.msn.com/SenderoCelta/general.msnw